BTI, dedicada al desarrollo de biomateriales destinados a favorecer la regeneración ósea y al diseño y fabricación de implantes dentales y componentes protésicos, está considerada como un referente científico en la regeneración tisular. Una empresa diferente, con un proyecto apasionante y un producto innovador que no se correspondía con la identidad visual obsoleta que la representaba, ni reflejaba tampoco sus valores internos de compromiso, pasión y trabajo bien hecho.
Coleman CBX asumió el reto de aunar los atributos de tradición y modernidad presentes en BTI, para definir un nuevo posicionamiento de marca que integrara ambos mundos: human technology.
Como contrapartida gráfica, Coleman CBX eligió como símbolo de la nueva marca a un ser inteligente y diferenciador, a la vez que amigable y bello: el colibrí. Un ave singular pequeño y eficiente, distinguido y raro - entendiendo rareza como poco habitual y nada vulgar – y el mejor ejemplo de precisión existente en la naturaleza. El colibrí dispone además de atributos únicos, como la capacidad de volar hacia atrás, o la velocidad con la que bate sus alas para mantenerse estático en el aire, lo que le convierte en un alarde de tecnología viva.
Inspirándose en esta referencia, Coleman CBX desarrolló el icono de un colibrí tridimensional dotado de textura papirofléxica, inteligente, científica, modulable y escalable. Un símbolo que fuese obra de la naturaleza pero también de la ingeniería. Como toque final, Coleman CBX eligió una gama cromática poco habitual en el sector: los malvas, morados y rosas, colores de transición entre la calidez del magenta y los azules tecnológicos.
El resultado es una marca atractiva y diferenciada para una compañía médica que compite con éxito en el mundo de las grandes multinacionales alemanas y sajonas.
